El FBI ha manifestado su malestar frente a los sistemas de cifrado de Google y Apple

Todos tenemos, o hemos tenido, al menos un amigo que asegura que los gobiernos nos vigilan y manipulan; con una actitud desconfiada frente a las redes sociales, las cámaras de seguridad, los móviles e incluso los satélites; que han visto todos los documentales habidos y por haber sobre conspiraciones y que están convencidos de que detrás de todas las grandes tragedias siempre hay gente poderosa con intereses ocultos.

En el otro extremo están aquellas otras personas, de las que probablemente has conocido muchas más, que tachan todas esas conjeturas de divagaciones paranoicas, que están convencidas de que los gobiernos tienen cosas más importantes que hacer que interesarse por sus corrientes rutinas y que, por normal general, las cosas son, simple y llanamente, lo que parecen ser.

Si bien la mayoría de las personas se posicionan a medio camino entre ambas posturas, tras todos los escándalos que han visto la luz este año, destacando el caso Snowden, los creyentes en teorías conspiratorias parecen haberse multiplicado mientras que los radicalmente escépticos han empezado a considerarse en peligro de extinción.

Conocedores de ello, Apple y Google han anunciado que en las nuevas versiones de sus sistemas operativos se valdrán de fuertes sistemas de cifrados que harán imposible acceder a la información de sus usuarios. Así pues, aunque existiese una autorización judicial que se lo exigiese, les resultaría del todo imposible acceder a dicha información.

Ello no ha complacido en absoluto al FBI, cuyo Director General, James Comey, ha manifestado su convencimiento de que en el futuro será muy importante para la vida de las personas que sea posible acceder a los dispositivos de un terrorista o un criminal.

Comey se ha mostrado completamente a favor de que para acceder al smartphone de cualquier persona las autoridades deban obtener autorización judicial, sin embargo, el hecho de que aun con la misma les resulte imposible hacerlo le preocupa muchísimo; considerando, inclusive, que de este modo se está permitiendo que los usuarios estén al margen de la ley.

Sin duda se trata de una cuestión espinosa que dará mucho de que hablar; privacidad frente a seguridad, el debate está servido.

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