Los clientes de la banca y, en general, los usuarios de tarjetas de crédito no tendrán secretos con Hacienda. La Audiencia Nacional, con la jurisprudencia de una sentencia del Tribunal Supremo de noviembre de 2011, da vía libre al fisco, frente a los recursos presentados, para que haga peticiones masivas a bancos y empresas sobre los movimientos que realizan sus clientes con tarjetas de crédito. Basta con que Hacienda explicite en su petición de datos que lo hace «por interés tributario». Con esta fórmula se salvan los posibles obstáculos legales de entregar datos de terceros, de invadir la intimidad y de no conculcar la protección de datos.

La Agencia Tributaria ya está comprobando de forma generalizada los movimientos de las tarjetas con más actividad y con operaciones de mayor volumen. Los resultados se contrastarán con la información fiscal de sus titulares. El resultado es la transparencia total ante el fisco de las operaciones que se realicen con tarjeta, un territorio al que hasta ahora Hacienda no había podido acceder. Esto permitirá a la Hacienda española solicitar a Suiza y otros países información sobre contribuyentes concretos sobre los que tenga sospechas de que pueden estar cometiendo fraude. El apoyo de las sentencias de la Audiencia llega como agua de mayo al Ministerio que dirige Montoro.

En noviembre finaliza la amnistía fiscal aprobada por el Gobierno con el objetivo de aumentar los ingresos, que hasta la fecha esta teniendo poco éxito. En materia fiscal, el seguimiento riguroso, continuado y apoyado en la legalidad siempre es más efectivo que las medidas extraordinarias, más llamativas pero también más injustas con quienes cumplen con sus obligaciones fiscales.