Con los años, y de igual forma que la tecnología avanza, la información es un bien de gran valor y, si usted guarda mucha documentación en un solo lugar, puede sufrir un perjuicio enorme. El fraude y las estafas son moneda corriente diaria y, en muchos casos, los delincuentes utilizan la información de particulares, ajenos a todo ello, para cometer sus delitos. Por ello, le ofrecemos unas pocas recomendaciones, ocho más una, concretamente, acerca de sus documentos de mayor valor, que debería custodiar en lugares diferentes y, siempre, a buen recaudo.

9 Medidas de Seguridad para salvaguardar nuestra identidad y privacidad:

1.- La tarjeta de la Seguridad Social. Además de ofrecer numerosa información sobre usted, permite a los delincuentes conocer su domicilio e, incluso, poder crear contratos de trabajo ficticios, con el fin de conseguir subvenciones por contratación. El perjudicado será usted, que se encontrará con una vida laboral que no se corresponde con la realidad.

2.- Contraseñas. Hoy en día utilizamos contraseñas para muchas actividades cotidianas: teléfono móvil, acceso a la intranet del banco, cuentas en redes sociales, etc. Nunca deberían estar en su cartera, ni guardadas en un mismo lugar. ¿Qué debería hacer?. Una recomendación que hace el profesor Ruiz Sanjuán es la siguiente: o las tiene en una caja fuerte o memoriza, al menos, las cinco últimas cifras. En cada número tache esas últimas cifras y el resto las puede guardar con usted.

3.- Las llaves. Nunca lleve las llaves en el mismo lugar en el que se identifica su domicilio. Puede poner en peligro a toda su familia y, por supuesto, sus propiedades. Deje siempre una copia de las mismas a un familiar o amigo de plena confianza y que esté disponible de forma continua. Si las pierde o se las roban, no dude que la primera medida que debe tomar es cambiar la cerradura, incluso aunque luego las encuentre.

4.- Cheques y/o talones. Nunca se llevan en el bolso o en la cartera. Pueden permitir a los delincuentes extraer dinero de su cuenta. Aunque no tengan su firma, les pueden facilitar realizar transacciones por Internet. En caso de pérdida, no basta con denunciar el extravío o el robo. La mejor recomendación es que cancele la cuenta y vuelva a abrir otra en su mismo banco. Las domiciliaciones que tenga autorizadas se pueden redirigir con sencillez a la nueva cuenta.

5.- El pasaporte. Es uno de los objetos más apreciados por los delincuentes. A partir de ellos es muy sencillo «robar la identidad» a otra persona. Si no va a necesitarlo, nunca debe estar en la cartera o en el bolso. En su defecto, puede llevar una fotocopia del mismo, pero nunca el documento original, que es muy sencillo de falsificar.

6.- Tarjetas de crédito. Normalmente es necesario llevarlas con nosotros. En caso de robo o pérdida debe tener en cuenta que debe acceder rápidamente a los números de cancelación. Por supuesto debe disponerlos en un lugar diferente a aquél en el que tiene las tarjetas. Todos los expertos señalan que lo primero es cancelarlas, luego ya tendrá tiempo de denunciar el robo o la pérdida de las mismas.

7.- Certificado de nacimiento. Puede parecer curioso, pero un certificado de nacimiento abre la puerta a los delincuentes a suplantar la identidad de otras personas con mucha facilidad. Ofrece mucha información sobre el titular y, además, presentado en algunos organismos oficiales, permite obtener distintos documentos sensibles. No es un documento de uso habitual, por ello debería ser guardado en lugar seguro en el domicilio.

8.- Recibos de consumo. Los recibos cotidianos (luz, agua, gas, teléfono…) ofrecen también mucha información a este tipo de delincuentes. Dando por teléfono los datos que aparecen en los mismos pueden contratar servicios e, incluso realizar compras, en nuestro nombre. Del mismo modo, deben estar guardados bajo llave en nuestro domicilio particular. No guardemos recibos que no se necesiten y, para tirarlos a la basura, hay que destruirlos por completo.

8+1.- Carnet de identidad y de conducir. Nunca deberían estar juntos. Cualquiera de ellos autentifica la personalidad del propietario. Aunque las medidas de seguridad que incorporan son cada vez mayores, la sustitución de fotografía y datos no es un problema para los delincuentes especializados. La primera medida de seguridad tras su extravío o sustracción es denunciar. Primero por teléfono y, luego, con personación en la comisaría correspondiente.

En definitiva, la delincuencia resulta cada vez más sofisticada y la información se ha convertido en un bien de gran valor. Los ciudadanos tenemos que otorgarle, al menos, el mismo valor con que lo consideran los delincuentes, y tenemos que guardarla y cuidarla con especial esmero. Su pérdida fraudulenta nos puede ocasionar muchos problemas.